Esta mañana un querido amigo me cuenta que estuvo leyendo a Derek Walcott durante su mañana luego de enterarse de su reciente muerte. Lamenté mucho la noticia y de inmediato recordé uno de sus poemas llamado “El amor despúes del amor”.
Recuerdo cuando lo escuché por primera vez: fue de la mano y voz habitada de Jon Kabat-Zinn hacia el final de un día de silencio que compartimos hace ya muchos, muchos años. Viene a mí también el impacto que tuvieron sus palabras en mi cuerpo en medio de ese gran silencio que nos abrazaba. Desde hace años me lo leo y me lo recuerdo cuando más lo necesito y desde allí lo he compartido de corazón a tantos participantes cuando me encuentro enseñando en clases o guiando retiros. Me pregunto, ¿cuántas personas y corazones ha tocado este poema?
Hoy se los vuelvo a compartir, los invito a leerlo y escucharlo en su plena presencia y dejar que sus palabras hablen e iluminen su verdad, tal vez nuestra necesidad profunda de amar al extraño que alguna vez fuimos y que tanto ignoramos.
Hoy siento que lo necesito más que nunca e intuyo que no estoy sola en esto.
Aquí va mi regalo en este pequeñísimo homenaje.
Llegará el tiempo
en que, con alegría,
te saludarás a ti mismo al llegar
a tu propia puerta, y en tu propio espejo
cada cual sonreirá ante la bienvenida del otro,
y dirá, siéntate aquí. Come.
Amarás otra vez al extraño que fuiste.
Dale vino. Dale pan. Devuelve tu corazón
a timismo, al extraño que te amó
durante toda tu vida, a quién ignoraste
por otro, a quien te conoce de corazón.
Quita las cartas de amor de los estantes,
las fotos, las notas desesperadas,
Arranca tu propia imagen del espejo.
Siéntate. Celebra tu vida.
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hermosisimo poema…. gracias por compartirlo